Arequipa –la ciudad blanca- es muy conocida por sus volcanes, valles, monasterios y picanterías. Pero son muy pocos los que saben que existen miles de caletas y hermosas playas en su costa.
¡Caleta San José es como estar en el paraíso! Es el escondite perfecto para alejarse de todo tipo de aparato electrónico y sumergirse en unos días llenos de paz y tranquilidad.
Además, ¡Llegar es toda una aventura! Si uno parte desde la ciudad de Arequipa, deberá de tomar un transporte hacia el puerto de Quilca (km. 845 Panamericana Sur), lo cual demorará 2 horas y media. Si uno viene por el norte, deberá situar a Camaná como punto de referencia, ya que de ahí son 45 minutos en taxi o colectivo hasta el puerto.
Una vez en el puerto, tomamos una embarcación que nos llevó caleteando con dirección al sur, apreciando la desembocadura de uno de los ríos de Arequipa, subiendo y bajando olas y observando cómo las montañas desaparecen en el mar.
Nadar, bucear, pescar, y caminar son algunas de las actividades que se pueden hacer durante el día, ya que por las noches, quedarás cautivado por el espectáculo de estrellas fugaces sobre tu cabeza. ¡Nunca había visto tantas como esa noche!
Pasar una noche en esta caleta es posible gracias a un Ecolodge construido por unos socios arequipeños. Sus pequeñas cabañas playeras van en total sintonía con el paisaje costeño; arena fina y agua turquesa.
Ganador del premio EcoPlayas Perú, Caleta San José apoya la conservación y promociona el turismo interno. En este lugar el agua se valora bastante, ya que viene del subsuelo y es distribuida hacia las 9 cabañas con vista al mar. Los paneles solares que se recargan durante el día encajan perfectamente con el concepto del lugar para iluminar sutilmente las noches, ayudado por el fuego de una fogata a las orillas del mar, las estrellas, y de ser posible, nuestra luna.
Si bien el verano es la mejor época del año para ir, debido al calor; el invierno te hará gozar la naturaleza de una forma distinta.
No busquemos depender del clima para salir de la ciudad. Busquemos desconectarnos un poco y atrevámonos a descubrir las miles de playas paradisiacas que tenemos en nuestra costa. Aprovechemos la oportunidad de conocer esta perla escondida.
¿Te atreves a estar desconectado de cualquiera señal de teléfono o internet?
Fotos y texto: Ema Rizo-Patrón
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Blog: Perú Nómada