Te veré con ojos de indignación en el atrio de la Catedral, donde serás juzgado, insultado, sentenciado.
Desde el 2006, Huancavelica es el escenario del Vía Crucis más alto del mundo. La representación, protagonizada por Luis Felipe Manrique, congrega a centenares de espectadores en el Santuario del Señor de Oropesa, cuya cumbre bordea los cuatro mil metros de altura
Te veré con ojos de tristeza en las calles por las que andarás tambaleando, cayendo, resistiendo la furia de tus castigadores.
Te veré con ojos de esperanza en la cima de ese santuario en el que el ichu aguijonea las piernas.
Te veré con ojos de niño, con ojos de devoto, con ojos de fe, ¿solo así podré entenderte Luis Felipe?, ¿solo así podré comprender tu sacrificio?, ¿solo así podré creer o intentar creer que hoy, realmente, has dejado de ser tú?

Eres otro. Eres Jesús. Eres Cristo. Y una mujer lagrimea cuando te colocan la corona de espina. Y un niño dice que esos latigazos son de mentira, pero duelen de verdad. Y una niña se tapa los ojos para no ver tu sangre de artificio.
"Solo es pintura, mamita, pura pintura", le explican, la miman, le compran un dulce sus padres, cuando tú caes sobre el asfalto. Estás cansado. Ya no puedes con tu cruz. Ya no soportas los gritos. Tampoco los latigazos de los centuriones romanos.

Ellos no tienen piedad contigo, Luis Felipe. Ellos desprecian e insultan al Jesús de Huancavelica. Ellos proclaman 'rey de los gusanos' al Cristo del Vía Crucis más alto del mundo. ¿Cómo lo soportas, por qué lo haces?... Y ya no sé con qué ojos mirarte para tratar de entender tus razones.
¿Fe o búsqueda de redención? Me lo pregunto en la Catedral de San Antonio –allí te acusan, te juzgan, te condenan–, en el ascenso kilométrico al Santuario del Señor de Oropesa –donde te amarran, te clavan, te crucifican– en la cumbre mirador salpicada de ichu –allí agonizas y pronuncias tus últimas palabras–.

Al bajar de la cruz dejas de ser el hijo de Dios. Ya no te atormentan los romanos ni Caifás te acusa espetando falsedades. Eres Luis Felipe. Otra vez Luis Felipe Manrique, el hombre, el artista que, desde la Semana Santa de 2006, protagoniza el Vía Crucis organizado por el grupo de teatro Karol Wojtyła.
Y ahora qué sientes. ¿Estás cansado, adolorido, satisfecho?... ¿Lo harás el próximo año? Tengo salud, dices... ¿pero tendrás ganas?, ¿podrás superar la contradicción que aguijonea tu corazón?, porque revelas que es un orgullo representar a Cristo, porque confiesas que no te sientes digno de representarlo, pero lo haces, por qué lo haces, por qué lo hiciste hoy.

Sigo sin entenderte y ya no te miro con ojos de niño, con ojos de devoto, con ojos de fe. Te veo con admiración, una admiración compartida por todos los que te acompañan. Ellos reconocen tu esfuerzo, tu compromiso, tu preparación física y espiritual. Y es que no es fácil ascender a Oropesa. "Es una subida empinada" y "siempre se escapa, uno que otro golpe se escapa", admites.
El niño tenía razón. Son golpes de mentira que duelen de verdad, aunque eso no le importa demasiado al Jesús de Huancavelica. Su dolor es pasajero. Su dolor no es eterno como el mensaje de Cristo. Ese que el difunde a pesar de no sentirse digno; pero te equivocas, Luis Felipe. Te lo digo con sinceridad, sin entender tus razones ni compartir tu fe. Te lo digo confiando en lo que vieron mis ojos. Solo mis ojos.

Infodatos
- El destino: Huancavelica, a 3680 m.s.n.m., es accesible desde Lima por la carretera Central (vía Huancayo). El viaje dura 10 horas aproximadamente. Hay servicio de buses todos los días.
- La cumbre: El Santuario del Señor de Oropesa se encuentra a 3932 m.s.n.m., según se lee en una inscripción colocada en el lugar. Sin embargo, durante la visita nos informaron que la zona supera los cuatro mil metros.
- Qué ver: Más allá de la Semana Santa, Huancavelica presenta diversos atractivos. En la ciudad destacan sus iglesias coloniales. También se debe visitar el pueblo de Piedra de Sacsamarca, el bosque de piedra de Sachapite y la Mina Santa Bárbara.
*Agradecimiento: Al Gobierno Regional de Huancavelica y a la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur Huancavelica).
Fotos y texto: Rolly Valdivia
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